Templo nacional de Santa Teresa de Jesús

Cuando los carmelitas descalzos regresaron a Madrid en 1876 tras la desamortización, se asentaron en una provisional en la calle Evaristo San Miguel. Posteriormente se trasladaron a la plaza de España, al solar situado entre las calles Irún y Cadarso. La primera piedra de este convento se colocó el día 28 de abril de 1916, prolongándose las obras hasta el año. Tras los incidentes de la Guerra Civil el edificio hubo de ser totalmente restaurado a consecuencia del incendio que destruyó gran parte de la iglesia durante el conflicto. Cumplió la función de parroquia desde 1965 y hasta el 1 de enero de 2016.

 

El proyecto del edificio se debe al arquitecto Jesús Carrasco-Muñoz, que se inspiró en “Las Moradas” de Santa Teresa de Jesús, lo que explica el aspecto de fortaleza medieval que presenta el edificio. El mencionado arquitecto concibió un edificio ecléctico en el que se mezclan las corrientes medievales traducidas a un lenguaje cercano al modernismo. Carrasco Muñoz tuvo que resolver además la dificultad que entrañaba la topografía del solar, que presenta un gran desnivel entre la cota de la calle Ferraz y la de Cadarso, de manera que la fachada posterior de la iglesia constituye la cuarta planta de la calle Cadarso.

 

Se trata de un templo de planta de cruz latina con tres naves con cubierta plana sostenida por arcos de medio punto rebajados. Una de las características más sobresalientes de la iglesia es su gran luminosidad, conseguida gracias a numerosos vanos rectangulares con cerramiento de vidrieras de colores realizadas por Casa Maumejean. Al exterior destaca el volumen de la cúpula, decorada con azulejería en la que predomina el color amarillo.